Bajo

Ignacio Escañuela Romana

A través de los años se preguntaría incesantemente por ese instante. Como si toda su existencia hubiese quedado condensada en él. Todo el resto sería, entonces, algo inútil y perdido. Se miraría, pues, a sí mismo y, como un golpe, no comprendería nada.

Absurdo, viajar por las tardes al viento que recorre los atardeceres de la llanura, como si volase. Encuadrado y bajo ataduras férreas, no habría, no obstante, perdido la capacidad de soñar.

Publicado por

Ignacio Escañuela Romana

Un poco de todo, escritor, filósofo y economista. Porque, en el fondo, son la misma cosa.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s