Ignacio Escañuela Romana
Entonces, inquieto, tiritando de frío en la noche, me levanto y me pregunto acerca de dónde esté Uqbar y, si llegando por fin allí, podré acceder a Tlön. Tal vez articulando las preguntas en una de las lenguas del hemisferio austral, me digo. ¿O será que estoy en Uqbar ya, buscando la Tierra, intentando pensar en una de las lenguas del hemisferio boreal producto en el tiempo de las conquistas de un imperio desaparecido?.
No puedo olvidar y soñar, de forma que me estremezco en la suave corriente.