Ignacio Escañuela Romana
Galileo, el inventor de la ciencia moderna. El universo está racionalmente ordenado y ese orden es matematizable. Hagamos leyes, comprendamos los mundos físico y social. El sujeto cognoscente queda al margen: su situación y otros factores no afectan a las condiciones de verdad. Descartes, Leibniz, Kant, etc., todos ellos fundaron esta visión desde la filosofía.
Descartes lo comprendió, un método universal, para todo ser racional, con la promesa de la certeza. Las condiciones transcendentales de Kant, la mathesis universalis de Leibniz.
Entonces llegó el siglo XIX con la sospecha de que el sujeto quiere engañarse de múltiples formas. Freud, que era un ilustrado: hagamos consciente lo oculto, pero ese inconsciente opera siempre. Nietzsche, Marx. La astucia de una razón que nos supera (Hegel). Marx: atentos a las condiciones sociales e históricas del sujeto. No es el conocimiento quien nos hace libres, sino la acción efectiva sobre esas condiciones.
Y, sin embargo, construimos mundos posibles simbólicos, transformamos con la ciencia y la técnica la realidad, operamos en sociedad. Sobre todo, sí, soñamos en posibilidades, proyectamos el futuro, nos reconstruimos con el pasado.
Es la ciencia, es la filosofía moderna operando.